sábado, 5 de septiembre de 2009

Inteligencia Emocional


“Es una rama de la inteligencia social y comprende la capacidad de controlar los sentimientos, discriminar entre ellos y usar esa información para guiar los pensamientos y acciones”. Para educar con disciplina positiva y afectiva es necesario:

Establecer límites y reglas claros, ateniéndose siempre a ellos, de manera de ser consecuentes.

Dar advertencias y señales al niño cuando comienza a comportarse mal, de tal forma de enseñarle autocontrol.

Reforzar las buenas conductas con elogios y afecto ignorando las conductas que sólo buscan llamar la atención.

Recuerde que toda conducta que se refuerza tiende a reproducirse y por el contrario si no provoca reacción alguna se extingue.

Cuando se transgrede un límite impuesto por ustedes, impongan de inmediato una consecuencia adecuada y proporcionada.

El desarrollo moral implica tener sentimientos y conductas de preocupación por los demás (compartir, ayudar, altruismo, tolerancia, respeto de las normas sociales) de tal forma que sean individuos aceptados e incluidos dentro de su círculo social.

Para que los niños se conviertan en personas morales deben adquirir capacidades emocionales y sociales, entre otras:

Comprender lo que diferencia una conducta buena de una mala y desarrollar hábitos de conducta correctos.
Si un hecho es reprendido una vez (subirse arriba de la mesa) y la próxima se deja pasar, el niño no internalizará si es correcto o no; lo mismo ocurre cuando ustedes ceden ante una pataleta, ya sea por que llegaron cansados del trabajo o por que no quieren discutir, el niño comprenderá que esa es la forma más rápida y cómoda se lograr lo que quiere.

Desarrollar interés, consideración y sentido de responsabilidad por el bienestar y los derechos de los demás, expresando este interés mediante actos de atención, amabilidad y caridad.

Es normal experimentar una reacción emocional negativa cuando transgreden normas establecidas, pero también es necesario ayudarles a comprender su error.
Si se envía al niño a su pieza hay que explicarle el por qué de esta medida, una vez que le hemos dado tiempo a calmarse es importante reflexionar con él sobre su actuar y lo doloroso que resulta para uno como padre actuar así, pero que es por su bien y las ventajas de comportarse correctamente. Así el niño comprenderá los sentimientos que los demás experimentan ante sus acciones.



Para desarrollar la empatía en nuestros hijos:

Si queremos que nuestros niños sean más atentos y responsables debemos establecer normas familiares claras y coherentes y no renunciar a ellas.

Requerirles para que sean responsables, según su madurez. Por ejemplo las tareas domésticas no deberían estar sujetas a recompensa, pues “ hay que ayudar en la casa porque la mamá necesita ayuda y está cansada de cocinar cosas ricas, lavar y planchar la ropa para que todos se vean lindos “.

Por regla general los padres tratan de proteger a los hijos de los problemas. Podemos ayudarlos aún más si decimos la verdad por muy dolorosa que pueda ser.
Al explicar la situación y detallar los hechos, ellos aprenden que tenemos fuerza emocional para examinar y enfrentarnos a las situaciones, facilitando que el niño viva su realidad (padres separados, mamás solteras, orfandad, etc.

1 comentario:

  1. Felicidades tía (y tías) por el blog, ya se encuentra en favoritos de mi navegador.

    Muchos Saludos.

    Sebastián Acerero

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